#13 Abrazar lo desconocido

Debe de ser una de las expresiones que funcionan en todos los idiomas que conozco.

Y es mucho más fácil decirla que hacerla.

Recuerdo que a los 13 años, cuando nos mudamos a otro distrito escolar, convencí a mis padres de que no cambiáramos de colegio ni de club de natación, para poder seguir con lo que habíamos conocido hasta entonces.

Años más tarde, fui una de las primeras amigas en tener carné y una máquina devoradora de asfalto (mi querido Citroën AX), para poder darles un poco de descanso en los cruces de la carretera que mejor conozco. Agradezco que nunca nos cobraran las horas pacientemente en la IC19.

Por el contrario, este año escolar convencimos a nuestros hijos para cambiarlo todo y, a pesar de su evidente resistencia inicial, aceptaron abrazar lo desconocido, con la única promesa de dar lo mejor de sí mismos en esta aventura.

Todos vamos a intentar hacerlo lo mejor posible, y eso es todo lo que hace falta, esa fue la promesa.

Por supuesto, Mercedes, pragmática como es, vino a preguntarnos qué significa exactamente este cliché.

Acordamos que, en clase, al intentar hacer amigos, en los deberes, en las actividades extraescolares, en los programas que proponemos o que surgen... en todo, aun con la tentación de encerrarse como un caparazón, y porque es fácil huir de las nuevas experiencias quedándose en su zona de conforto, sólo les pedimos que, por favor, intentaran no encerrarse en sí mismos, que se esforzaran por aprender lo máximo posible, que pidieran ayuda siempre que sintieran la necesidad y que probaran lo desconocido.

Sabores, experiencias (sólo legales, y por cierto con nuestra aprobación - nota para la hija mayor), y cualquier otra cosa que surgiera en esta aventura.

Por supuesto, si les preguntamos: "¡Cómo que queréis ir a la piscina! Estamos en enero!" responden con el mismo argumento y nos convencen.

Antes de Navidad, María llegó a casa y dijo que le gustaría intentar estar en una clase de Matemáticas más avanzada. Sentía que en las otras asignaturas se le planteaban retos, pero pensaba que Matemáticas ya estaba en condiciones de pasar al siguiente nivel.

No sabíamos que había diferentes niveles dentro de la misma asignatura, y la idea que siempre nos pasaban las personas que, a pesar de no haber estado ni vivido nunca en este sistema educativo, ni en EEUU, era que seria mucho más fácil. Y que mis hijos, al haber estado en el sistema en el que estaban hasta venir aquí, estaba chupado, haciendo comentarios desfavorables en varios sentidos, sobre lo que pasa en este lado del mundo en educación, cultura, etc....

Siempre intentamos filtrarlo, sobre todo para las hermanas que, cuando oían algo así, se mostraban aún más aprensivas antes de venir, y de forma práctica, hemos desmontado estas observaciones. Les preguntamos sobre quien tiene estas opiniones tan seguras, cuánto tiempo llevan en EE.UU., por qué estados han viajado, a cuántos estudiantes estadounidenses o internacionales han conocido o enseñado, y que sólo en California hay 4 veces más personas que en Portugal, por lo que estas generalizaciones suenan un poco abusivas.

Conseguimos tranquilizar a las hermanas y les explicamos que la decisión había sido cuidadosamente meditada, que habíamos hablado con sus profesores, entrenadores, terapeutas y personas importantes para nosotros, y que no estábamos locos por proponerles esta aventura a pesar de las generalizaciones abusivas. Que debían preocuparse menos por eso y más por lo que podían controlar.

Si salía mal, haríamos algo al respecto. Creo que confiaron en nosotros, ¡hasta ahora!

Con la propuesta de María sobre las matemáticas, escribí un correo a la "consejera" del colegio, que me contestó el mismo día (aún no me acostumbro a esta eficacia), diciendo que agradecía la preocupación y el contacto, y que proponía un examen de matemáticas para María con el fin de colocarla en el nivel correspondiente, o en la clase más avanzada que hay: Honor class.

Y así fue, al día siguiente, un examen de 45 preguntas en 45 minutos, tipo test con 4 opciones y sin calculadora a mano. ¡Menos mal que no nos enteramos todos hasta después del examen! ¡Qué nervios!

Obtuvo un 67% y necesitaba más de un 90% para poderr atender a la clase Honor.

Aun así, como sacó una nota tan alta, la cambiaron a una clase de matemáticas más exigente, "Fast Pace Math", que empezaría después de Navidad.

Todo iba bien hasta el día anterior. La noche antes de la vuelta al cole, una desastrosa crisis...

Después de insistirle en qué pasaba, habló: "¡En qué estaba pensando al proponerme cambiar de clase? - ¡Ahora que estoy integrada! - ¡Tendré que volver a adaptarme a los nuevos profesores y compañeros! - ¡Y ni siquiera los conozco a todos! Me dan ganas de huir otra vez", ¿huir donde? le pregunté, y me contestó: "¡No sé adónde! Ni siquiera sé adónde".

Drama, lágrimas incluidas, le dije que entendía perfectamente el sentimiento, y que antes de venir me había atacado uno de estos sentimientos, que no les enseñé lo que sentia, pero que en ese momento nuestra aventura me pareció una locura.

Se quedó boquiabierta. Y le sugerí que confiara en lo que le había parecido bien al final de las clases, y que al menos lo intentara durante un día, o una semana, si no estaba segura de seguir queriendo huir, no se sabe adónde.

Y prometí volver a hablar con la consejera, pedirle que volviera a su antigua clase si lo consideraba oportuno. Pero solo después del primer día o la primera semana, ella decidiría.

Abraza lo desconocido y luego nos lo cuentas. Y así fue.

Salió de la escuela a las 15:10, y en ese mismo minuto envió un mensaje. "No os preocupeis, me ha gustado. No hace falta que hableis con la consejera, me quedo en esta clase". Estoy segura que debe ser como ganar la lotería. ¡Hasta respiras más ligero!

Esa semana, el director, que se había dado cuenta de este cambio de Maria, y que se había ofrecido voluntaria para hacer los anuncios matinales en la radio de la escuela, le envió este mensaje.

Sé que hemos tenido mucha suerte, porque los sistemas educativos están formados por personas, y si son comprometidas y empáticas, es una suerte que se crucen en nuestro camino.

Contrariamente a lo que aseguran los comentarios abusivos, hemos convivido con personas abiertas a la diversidad de orígenes, sin complejos y capaces de escuchar nuestras preocupaciones y de tender la mano a los estudiantes y a sus familias.

Un increíble golpe de suerte.

Unos días después de que salieran los resultados en el colegio de Mercedes, recibí un correo de la profesora con fotos de un momento "sobresaliente por un día". No sabíamos exactamente qué era, pero era bueno, eso estaba claro por la cantidad de felicitaciones que había en el correo.

Cuando le pregunté a Jenny, me dijo: "¡Esto es muy importante! Es una nominación de toda la escuela, cada profesor nomina a un alumno y explica por qué. Y el consejo escolar elige al ganador."

Fuimos a recoger a Mercedes dando saltos de alegria.

Explicó que cuando oyó su nombre en la radio del colegio durante los anuncios de la mañana, pensó que lo había escuchado mal, pero sus amigos se levantaron y aplaudieron porque la ganadora de "sobresaliente por un día" era de su clase... "Tenía ganas de llorar, pero no estaba triste en absoluto, lloraba contenta, y fue a recoger su premio, un poco asustada de que fuera un error, pero no era un error, y entonces se sintió aún más feliz". Y añadió: "Lo sé, sé que tengo que dejar de pensar esto de mis premios, pero sólo digo la verdad, y cuando me di cuenta de que era realmente para mí, me sentí aún más feliz, y ya no tenía miedo. Estaba feliz, ¿vale? ¿Por qué lloras ahora mamá?" Caramba, Mercedes... Eso fue todo, con un montón de besos.

Y unas cuantas loterías más en el pecho, y la frustración de no saber cómo deshacerse de ese síndrome del impostor que no la suelta, a pesar de que se lanza a lo desconocido como una valiente y lo conquista todo y a todos... ¡mi Cuca!

Esa tarde fuimos a ver la actuación del coro en un acto escolar, y nos encantó.

Y el fin de semana acudió a una fiesta de cumpleaños de Alicia en el País de las Maravillas y se metió en el papel de la Duquesa para resolver el misterio.

Un misterio, disfraces y mucha diversión. Me quedé mirándola y pensando, la elegancia o es innata o no lo es.... Cuca más sofisticada, ¡incluso disfrazada no pierde su clase!

Lo mejor fue verla integrada en un grupo de amigos entrañables.

Mimi, que está rendida al equipo de baloncesto de mi universidad, mientras que Cuca fue a la fiesta, llevó a una amiga a apoyar al equipo femenino.

Tener que separarnos para seguir las agendas sociales de los distintos hijos era algo que siempre me ponía un poco de los nervios, ¡pero ahora también es algo de agradecer!

Y antes de que empezaran las clases, mi compañera de aventuras desde que empecé la universidad, a la que siempre recurro cuando tengo que tomar decisiones sobre mi vida profesional, vino a Los Ángeles con su hermana Lara, y fui a recogerlas.

Venían de la nieve de Nueva York, y cuando vi dos chicas a tope de abrigos viniendo hacia mí, fue una emoción maravillosa...

Para rememorar viejos tiempos, por supuesto, la primera parada fue en la universidad, para contextualizar y recoger datos para nuestro proyecto. Realmente friki.

Por la tarde, las niñas llegaron como de costumbre con un montón de tareas que completar, y gracias a la ayuda de dos empollonas, conseguimos terminarlo todo en un tiempo récord y sacarlo adelante.

Era básicamente lo mismo que las sesiones de trabajo y estudio en grupo de hace más de 20 años, pero con chicas menores de edad que apoyar. Las niñas se hicieron fans de las tutoras empollonas, y yo tuve los siguientes días libres del turno de tarde. Fue maravilloso.

Las tutoras se marcharon impresionadas por la exigencia de las tareas y el rendimiento de las hermanas, y aliviadas por el hecho de que la política de la escuela fuera no tener tareas para el fin de semana.

Por la noche, después de cenar (¡a las 18:00!), para relajarnos y contagiarnos del espíritu del campus, acudimos a apoyar al equipo de estudiantes del CSULB en otro partido, ¡¡¡¡y volvieron a ser ganadores!!!

Puede que sea uno de nuestros programas favoritos.

Para aprovechar al máximo el fin de semana, alquilamos un coche y nos dirigimos a Los Ángeles. En California nunca llueve, ¡hasta que empieza a llover!

Y aunque era un paisaje diferente, conseguimos pasar por varios lugares emblemáticos en un tiempo récord y sin multitudes, les proporcionó una buena vista de Venice Beach, el centro de Los Ángeles, Rodeo Drive, Beverly Hills...

Hollywood, el Teatro Chino y el Observatorio. La lluvia no nos frenó y fue un día intenso.

Llegamos a casa rendidos, pero aún tuvimos tiempo de encontrar un mega sofá en la comunidad más generosa que he conocido, y de cargar literalmente con el sofá hasta casa, aspirarlo, limpiarlo y montarlo (aunque parece nuevo, he creado dos niñas muy tiquismiquis), y disfrutar de un auténtico salón donde sentarnos todos cómodamente.

Incluso conseguimos desmontar el viejo sofá para devolverlo a la misma comunidad.

Nos fuimos a descansar muy cansados pero contentos con el día super productivo.

Esta foto ya está desfasada, porque ayer María encontró una alfombra de 3x4m, preciosa y como nueva, y antes de que nadie quisiera llevársela, se la llevó ella sola a casa, junto con la mochila del cole, la fiambrera, el abrigo y la super botella de agua. Ahora está espetacular!

Al día siguiente nos dirigimos a San Diego.

La Joya, llena de leones marinos, focas, pelícanos y otros animales de los que no sé el nombre, Embarcadero, con su mega portaaviones, y luego fuimos a Old Town a comer a un restaurante mexicano.

San Diego tiene una gran influencia mexicana, y aunque cada vez estamos más familiarizados con estos sabores, todos estuvimos de acuerdo en que era el mejor mexicano que habíamos probado hasta ahora. ¡Gracias Piolhita!

Los niños que han tenido que ser motivados a probar sabores nuevos todo el tiempo, aunque parezcan diferentes a los que están acostumbrados, ya han descubierto que esas explosiones de sabor en la boca son gratificantes para superar la incertidumbre, y hoy tienen más mundo de sabores en el cuerpo y apertura a nuevas experiencias gastronómicas. Aunque sólo lo prueben, si deciden que no quieren repetir, ya no insisto. Pero han descubierto cosas que parecían extrañas, pero que están "muy delicioso", como dice Matías.

Todavía en el Casco Antiguo (un parque histórico conservado) lleno de tiendas y restaurantes estupendos, Matías entró en la tienda de golosinas, y como no tiene reparos en probar cosas nuevas, quedó extasiado.

Por la tarde fuimos al Parque Balboa, que tendremos que volver a explorar más a fondo.

Es enorme y debe estar muy bonito en primavera.

Terminamos el fin de semana con poco margen de maniobra, aparte de prepararnos para el comienzo de la semana. ¡Pero conseguimos hacer todo lo que nos habíamos propuesto!

Durante la semana, Rodrigo se fue a Nueva York por trabajo, y aun así nos las arreglamos para pasear por Seal Beach y sus alrededores entre obligación y obligación.

Han sido unos días muy buenos teniendo amigas así aquí.

Una vez más, despedidas duras, y la certeza de que aparte de primos, mis amigos también son los mejores.

Cuando nos despertamos el sábado siguiente, muy tarde (¡eran ya más de las 8 de la mañana!), desayunamos tranquilamente y nos dirigimos, sin saber muy bien qué esperar, a una de mis playas favoritas a los 17 años, Laguna Beach.

Nos llevamos sombra, una pelota ovalada y agua. Trajes de baño por si acaso, ¡y a correr!

Parecía verano, así que compramos pizzas por el camino y merendamos en el césped.

Está confirmado, es un lugar increíble, mi memoria no estaba distorsionada.

Conocimos a una familia internacional de portugueses, con la que María entabló conversación (la misma María que antes era tan tímida, pero que ahora entabla conversación con desconocidos), y con la que sinceramente espero encontrarme más a menudo, intentamos sin éxito ver las ballenas, y contemplamos una mega puesta de sol.

En verano hay conciertos de jazz al aire libre. Me muero de ganas.

Abrazarse a lo desconocido es angustioso y difícil para todos, pero en realidad puede ser "muy delicioso".

Espero que estos tres lo recuerden siempre.